martes, agosto 23, 2005

NOSOTROS, LOS DESCUIDOS DE LA MASACRE.

Desideratum

Mirábamos hacia la altura de las sombras
como aquel cuervo se enseñoreaba con los jirones,
de pronto,
como cuando la muerte
te muerde los pies huyendo boca arriba,
cayó entre nosotros un gran abrazo maldito,
como una mordida de galgo enfurecido
de un odio profundamente bello que nos fracturó la vida y el coxix,
dominó nuestras rodillas y se hizo un collar con nuestras muelas.


Parió doce hijos tiernos,
hijos de perra,
que aún viven entre nosotros,
pero los que sobraron,
los descuidos de la masacre;
nosotros,
con nuestras manos,
te resarciremos la pena,
te devolveremos la muerte.



En contra de Augusto Pinochet, por tanto, a favor de la vida.
J3M 2000

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